¿Recuerdas esa peli que se estrenaba en el año 2.000, protagonizada por Mel Gibson, titulada “En qué piensan las mujeres”? Su calidad como película, a mi parecer, es a ratos dudosa, pero he de reconocer una cosa: cuando pienso en ella, a día de hoy, siempre recuerdo que me enseñó algo que, en el mundo de la publicidad, es más que básico; pero parece que, incluso con las herramientas que disponemos en la actualidad, muchas veces no se le presta la atención que requiere. Luego retomaremos este tema…
Por mucho que algunos se empeñen en vender que la publicidad online es magia, no amig@s; eso ya no es así. Hubo un tiempo en el que distintas plataformas publicitarias se dejaban ya entrever, como Facebook Ads por ejemplo, y habiendo tan poca competencia y tan poca saturación publicitaria, los precios eran más que asequibles y vender, aún sin llegar a tener bien planteado y cohesionado un marketing mix, era posible. Quien, entonces, supo exprimir bien estas plataformas, ganó mucho dinero. Eran tiempos de “pelotazos” y sostener un negocio únicamente en el medio online, era más que posible.
Ahora, las cosas son distintas: muchos anunciantes, mucha saturación, y por lo tanto, precios más altos. Ahora, cada vez las plataformas publicitarias online son más; eso requiere expertise en cada una de ellas, y con ello, las decisiones estratégicas a la hora de plantear un plan de medios digital, son más complejas. La cuestión es que, a medida que el tiempo pasa, el tema se complica.
Volviendo a Mel Gibson… Si no la recuerdas o, simplemente, no has visto la película, te la resumo: el protagonista, Nick, es un creativo publicitario, y a través de un accidente, adquiere un don especial: poder escuchar los pensamientos de las mujeres. Dejando esto a un lado, hay una escena, para mi, clave: en la agencia en la que trabaja, entra una nueva cuenta, un anunciante de medias para mujeres. Nick ha de idear el concepto creativo para la nueva campaña, y como no tiene ni idea del público al que va dirigido el producto, no se le ocurre otra mejor idea que usarlo en sus propias carnes; es así como Nick consigue tener una experiencia plena, con la cual poder entender a su cliente potencial.
Para mi, todo esto que os acabo de contar, se podría resumir en una sola palabra: EMPATÍA. Este término va asociado a muchos otros, como por ejemplo, curiosidad y creatividad; sin ellos, en el mundo de la publicidad, estamos perdidos. Todo; absolutamente TODO, va en relación al público objetivo. Cualquier aspecto, en un marketing mix, que se le escape este punto, hará que éste cojee.
En la publicidad online, como decía, no existen los milagros. La efectividad de la publicidad, depende de muchas cosas, no solo de una foto bonita o de un CTA contundente.
Pega una foto enorme de tu cliente potencial en el corcho de la oficina, y haz que todo gire en torno a él. Después, aprovecha las innumerables opciones de segmentación que ofrecen las distintas plataformas publicitarias online, y dirígete a él, diciéndole lo que quiere escuchar, en el momento en el que lo quiere escuchar.
Y, bueno… imaginad cómo acaba Mel Gibson… (¡spoiler!)… ¡triunfando más que la CocaCola!
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